¿Sabías que el estrés oxidativo es una de las causas más importantes de los problemas del corazón y la circulación?
Nuestro sistema cardiovascular —el corazón y los vasos sanguíneos— necesita estar en equilibrio para funcionar bien. Sin embargo, hay un enemigo silencioso que lo va dañando poco a poco: el estrés oxidativo.
Este fenómeno ocurre cuando en nuestro cuerpo hay demasiados radicales libres (unas moléculas inestables que dañan las células) y muy pocos antioxidantes para neutralizarlos. Esta situación crea un ambiente inflamatorio y tóxico que va deteriorando los tejidos, especialmente el revestimiento de las arterias.

¿Qué lo causa?
- Comer mal: muchos ultraprocesados, azúcares y grasas malas.
- El tabaco, el alcohol, los tóxicos del ambiente.
- Dormir mal o vivir con estrés constante.
- Falta de nutrientes antioxidantes (como las vitaminas C y E, el zinc o el selenio).
- No moverse o, por el contrario, hacer ejercicio extremo sin descansar.
¿Qué consecuencias tiene en el sistema cardiocirculatorio?
- Las arterias se vuelven más rígidas y se estrechan, subiendo la presión.
- Se forman placas de grasa e inflamación que pueden obstruir el flujo sanguíneo (aterosclerosis).
- Se daña la energía de las células del corazón, lo que puede causar fatiga y debilidad.
- Aumenta el riesgo de coágulos que pueden producir infartos o trombosis.
- El corazón puede perder su ritmo normal y aparecer arritmias.
En resumen, el estrés oxidativo no es solo un efecto secundario, sino una de las raíces más profundas de muchos problemas del corazón y la circulación.
¿Qué podemos hacer?
- Adoptar un estilo de vida saludable que incluya:
- Alimentación rica en frutas, verduras y alimentos naturales.
- Técnicas para manejar el estrés como el método 4×4.
- Dormir bien.
- Mover el cuerpo todos los días con alegría.
- Usar suplementos antioxidantes si es necesario y con seguimiento médico.
- Cuidar el corazón empieza por cuidar cada célula. Si evitamos el daño oxidativo, protegemos la vida desde adentro.