¿Qué es el Trastorno Neurológico Funcional (TNF)?
Es una alteración en el funcionamiento del cerebro que interrumpe la conexión entre lo que el cuerpo quiere hacer y lo que logra hacer. No se debe a un daño físico en el cerebro, sino a una «desconexión funcional» entre áreas que regulan el movimiento, la percepción, el habla o las sensaciones.
Síntomas
- Debilidad o parálisis de extremidades.
- Temblores, movimientos involuntarios o convulsiones.
- Dificultad para caminar o hablar.
- Sensaciones extrañas en el cuerpo (hormigueo, entumecimiento).
- Problemas de visión, audición o equilibrio.
Lo importante:
Los síntomas son reales. La persona no los inventa. No es «todo psicológico». Es una condición que afecta al cerebro en su modo de funcionar, no en su estructura.
¿Qué puede ayudar?
1. Terapias de Reentrenamiento Neurológico
- Fisioterapia especializada en TNF.
- Terapia ocupacional con enfoque funcional.
- Logopedia si hay alteración del habla.
- Terapias de integración sensorio-motriz.
2. Apoyo emocional y regulación del estrés
- Terapia psicológica centrada en trauma, emociones reprimidas o ansiedad.
- Técnicas de respiración y conexión mente-cuerpo (como el método 4×4 o ejercicios de regulación autónoma).
Validación emocional:
“Lo que sientes es real y merece atención.”
3. Evitar etiquetas limitantes
- No pensar que “no hay solución” o que “se está fingiendo”.
- Tener paciencia con el proceso: a veces la mejora es lenta, pero muchas personas sí se recuperan total o parcialmente.
Mensaje esperanzador:
Muchas personas con TNF logran recuperarse significativamente cuando reciben una combinación adecuada de apoyo físico, emocional y mental. El cerebro tiene una enorme capacidad de reorganizarse (neuroplasticidad), y la clave está en volver a conectar lo que se desconectó.
Si padeces de TNF, no estás solo/a. Esto no te define. Y sí es posible mejorar.