Cuento: El renacer de Lucrecia

Lucrecia era una mujer de 60 años, conocida por su espíritu alegre y su dedicación a la familia. Sin embargo, en los últimos años, su cuerpo comenzó a enviar señales de advertencia que no podía ignorar. Sufría de un agotamiento constante, dolores articulares que la obligaban a descansar más de lo que deseaba y noches en las que apenas lograba dormir. Además, sus intentos por perder peso no daban resultados, y en una reciente consulta médica, le diagnosticaron un útero miomatoso.

Un día, su hija Noelia, preocupada por el estado de su madre, le comentó sobre el Dr. Pola, un médico conocido por su enfoque integrativo de la medicina. Aunque al principio Lucrecia se mostró reticente, finalmente accedió a visitarlo.

En la consulta, el Dr. Pola la recibió con una cálida sonrisa y la invitó a contarle cómo se sentía. Lucrecia, con un suspiro, comenzó a relatar su situación:

—Doctor, siento que mi cuerpo ya no es el mismo. Me canso demasiado rápido, no puedo dormir bien y estos dolores en las articulaciones no me dejan en paz. Por más que intento cuidarme, no logro bajar de peso, y ahora, este problema con mi útero… ¿Qué me está pasando?

El Dr. Pola la escuchó atentamente y, tras revisar su historial médico, le dijo:
—Lucrecia, entiendo cómo te sientes. Los síntomas que describes tienen una raíz común que a menudo pasamos por alto: la grasa visceral.

Lucrecia frunció el ceño, intrigada.
—¿Grasa visceral? Pero no me veo tan mal, doctor. ¿Cómo puede eso afectarme tanto?

El Dr. Pola tomó una hoja y dibujó un esquema sencillo de un cuerpo humano.
—La grasa visceral es diferente de la grasa que vemos bajo la piel. Esta se acumula alrededor de los órganos internos, como el útero, el hígado y los intestinos. Aunque no se ve, es muy activa y libera sustancias inflamatorias que pueden causar muchos problemas en el cuerpo.

Con voz pausada, continuó:
—Por ejemplo, esta grasa puede alterar tus hormonas, lo que puede empeorar el problema de tu útero y dificultar la pérdida de peso. También afecta tu metabolismo, lo que explica el agotamiento que sientes. Además, produce inflamación en las articulaciones, lo que causa esos dolores que mencionaste.

Lucrecia asintió, empezando a comprender.
—¿Y qué puedo hacer, doctor? He seguido dietas, he intentado descansar más, pero nada parece funcionar.

El Dr. Pola sonrió con calma.
—No se trata solo de dieta o descanso, sino de un cambio integral en tu estilo de vida. Aquí tienes un plan que te ayudará:

1. Alimentación consciente

Incluye alimentos ricos en nutrientes como verduras, frutas, proteínas magras y grasas saludables.

Elimina azúcares, alimentos ultraprocesados y harinas refinadas.

2. Movimiento diario

Camina al menos 30 minutos al día y considera ejercicios suaves como pilates, que también ayudarán a tus articulaciones.

3. Gestión del estrés

Practica el 4×4 y tecnicas de relajacion.
El estrés empeora la acumulación de grasa visceral.

4. Mejora del sueño

Crea una rutina relajante antes de dormir y evita la cafeína o pantallas antes de acostarte. Dormir bien es clave para equilibrar tus hormonas.

5. Hidratación y cuidado hormonal

Bebe suficiente agua y consulta con un especialista para el seguimiento de la evolución de tus síntomas ginecológicos.

Con una mezcla de esperanza y determinación, Lucrecia decidió seguir las recomendaciones del Dr. Pola. Poco a poco, comenzó a notar cambios. Dormía mejor, sus dolores articulares disminuyeron y, aunque la pérdida de peso era lenta, se sentía más ligera y con más energía. Incluso su médico ginecólogo notó mejoras en su útero y la felicitó por los cambios en su salud.

Un año después, Lucrecia estaba irreconocible, no solo por su mejor estado físico, sino por su renovada actitud ante la vida. Una tarde, mientras caminaba con su hija Noelia, le dijo:
—Hija, gracias por hablarme del Dr. Pola. Nunca pensé que el cambio vendría de entender cómo mi cuerpo trabaja por dentro. Ahora me siento como si hubiera recuperado mis años más vitales.

Y así, Lucrecia se convirtió en un ejemplo de cómo nunca es tarde para cuidar la salud y transformar la vida, un paso a la vez.

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