Cuando una persona empieza a tener actitudes como la empatía, nos ponemos en el lugar de la otra persona. De manera, que empezamos a producir hormonas de bienestar y no de estrés. Empezamos a disfrutar de las cosas, de la vida, lo que hace que produzcamos también la hormona de serotonina, la hormona de la felicidad, la oxitocina, la betaendorfina. Por ello, cuán importante es perdonar, así nuestro cerebro lo asimila y produce hormonas de bienestar.
Asimismo, el perdonar es algo que nos beneficia a nosotros mismos, ya que la persona que no perdona suele tener miedo y el miedo es una emoción básica, que cuando se asocia a un pensamiento negativo se convierte en un sentimiento negativo. Como sabemos, la emoción es pasajera, pero cuando se vuelve un sentimiento esto dura por mucho tiempo.