En la mayoría de casos sí, ya que permite que la persona pueda reparar el daño causado y sobre todo, si está en sus manos, no volver a hacer lo mismo. Ya que este acto viene acompañado de arrepentimiento. Por ejemplo:
Imaginemos el caso de un esposo que ha tenido un mal día en su trabajo, y cuando regresa a casa, a la esposa se le ha pasado de sal la comida, y este empieza a gritarle y a decirle cosas. Puede que en ese momento no se de cuenta de lo que ha hecho, pero al ver a su esposa angustiada por lo sucedido. El hombre empieza a tener remordimientos y se da cuenta que ha actuado mal.
Así que decide pedirle disculpas a su esposa y compensarle con un gesto de cariño por lo que hizo y sobre todo asegurarle que ello no volverá a suceder.