Algo que también ayuda a calmar esa intranquilidad es pensar que no todo sale como uno quisiera. Si no más bien, reflexionar en que se hace todo lo posible por hacer el bien, y ser realista con las cosas que se hicieron en el pasado y el presente.
Sin embargo, si es algo que se puede remediar, como, por ejemplo, si hemos hecho daño a otra persona, no lo demos por perdido, pues podemos hablar con ella y resolver la situación. Pero, si no se puede, lo debemos tomar como un aprendizaje para el futuro, de modo, que evitará comportarse como lo hizo antes.