La microbiota y una salud equilibrada

El microbiota es un conjunto de microorganismos que conviven en nuestro cuerpo en una relación simbiótica, es decir, con beneficio propio. Por ejemplo, a uno le falta algo que el otro tiene y el otro le falta algo que este tiene, de manera que los microorganismos se complementan. 

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Cómo está formado la microbiota

Ese conjunto de microorganismos está fundamentalmente formado por bacterias, arqueas (son una especie de virus), fagos, hongos y levaduras y todos estos forman el microbiota. Están localizadas en determinadas zonas, tales como la boca, la vagina, la piel y en el intestino, en realidad, todo nuestro cuerpo está lleno de estos microorganismos.

En algunos casos, hay quienes lo consideran como un órgano más. El estado del microbiota determina nuestro estado de salud. Todas las personas que padecen de enfermedades crónicas, no transmisibles están relacionadas con una alteración de estos microorganismos, alteración en cantidad y calidad.

MICROBIOTA
Importancia de la microbiota

La importancia que cumple en nuestro organismo

Las bacterias tienen un material genético que no está contenido en un núcleo, sino que están esparcidos dentro del citoplasma. Esto hace que tenga una facilidad de captar genes extraños. Entonces, las bacterias necesitan de organismos de genes diferentes a los suyos, pero complementarios para que tengan una relación simbiótica. Nuestros genes no son capaces de metabolizar o fabricar algunos aminoácidos esenciales, ya que necesitamos obtenerlos del exterior. 

Sin embargo, algunas microbiotas pueden sintetizar esos aminoácidos esenciales. Así que, así no obtengamos esos aminoácidos del exterior o alimentación, si tenemos el microbiota equilibrado ellos se encargaran de fabricar esos aminoácidos. Por ejemplo, la vitamina K, B12, además, facilitan la absorción de determinados nutrientes que no se absorberían si no fuera por esos microorganismos del microbiota. He ahí la importancia de que el microbiota este equilibrada, tanto en cantidad, como en calidad. 

Asimismo, el 21% de nuestro cuerpo son proteínas, lo que nos hace entender la importancia de que tengamos los aminoácidos necesarios para sintetizar esas proteínas. Si no tenemos proteínas nuestro cuerpo tendrá muchos problemas.

Nuestro organismo tiene esa poca capacidad de obtener energía de la mayor parte de los vegetales y de los almidones. Sin embargo, los microorganismos de nuestro microbiota pueden obtener energía de unos vegetales que nosotros no podemos extraerlo. Por ejemplo, la celulosa y la fibra nosotros no lo digerimos. Sin embargo, los microorganismos del colon, cuando esa fibra llega ahí, lo transforman en energía y en unos ácidos grasos que se llaman ácidos grasos de cadena corta que nuestro organismo lo usa para generar energía.  

alimentación sana

Vías de comunicación entre la microbiota intestinal y el cerebro

Los neurotransmisores, péptidos y metabolitos producidos por la microbiota intestinal pueden influir en el cerebro a través de varias vías, y no todos necesitan atravesar directamente la barrera hematoencefálica (BHE) para ejercer su efecto. Estas son las principales vías de interacción:

  1. Ruta del nervio vago: Este nervio conecta directamente el intestino con el cerebro y permite que ciertos metabolitos y señales eléctricas transmitan información sin necesidad de cruzar la BHE. A través del nervio vago, la microbiota puede influir en el sistema nervioso central (SNC) y modular funciones relacionadas con el estado de ánimo, el estrés y la conducta.
  2. Vía inmune e inflamatoria: La microbiota intestinal regula la producción de moléculas inmunitarias como las citoquinas, que pueden desencadenar respuestas inflamatorias. Estas señales inflamatorias pueden alterar la permeabilidad de la BHE o enviar señales indirectas al cerebro, afectando la función neuronal y los estados emocionales sin que los metabolitos entren directamente al cerebro.
  3. Producción de metabolitos bioactivos: Algunos ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como el butirato, aunque no atraviesan la BHE en grandes cantidades, pueden modular la función de las células de la barrera, influyendo en la neuroplasticidad y en la protección contra la neuroinflamación.
  4. Cruce limitado de la BHE: Algunos compuestos producidos por la microbiota, como ciertos neurotransmisores (GABA, serotonina) y sus precursores, pueden atravesar la BHE en pequeñas cantidades. Estos compuestos pueden influir en la regulación de neurotransmisores en el SNC, aunque generalmente su efecto indirecto vía el sistema endocrino o inmunológico es más relevante.

En conclusión, aunque algunos productos de la microbiota pueden cruzar la BHE, las vías indirectas como el nervio vago y las señales inmunológicas suelen ser más efectivas para la comunicación entre el intestino y el cerebro.