Cómo proteger el agua de tu cuerpo
El agua es uno de los factores más importantes que nuestro cuerpo necesita para mantenernos hidratados. Nuestro cuerpo está conformado con el 75% de agua, asimismo, el agua que está en nuestro cuerpo es estructurada, es decir que le permite almacenar energía.
Cuando se habla de agua, muchas veces se suele pensar en la química y en que no contenga contaminantes (cloro, flúor, plomo, etc.) Sin embargo, algo que se pasa por alto es la física del agua, es decir, su estructura. Por ello, en este artículo veremos cómo las frecuencias afectan la estructura del agua y de qué manera se manifiesta en nuestro organismo.
La estructura del agua y las emociones
Cuando hablamos, pensamos o sentimos una emoción, estamos emitiendo una frecuencia como todo ser vivo que es bioeléctrico, ya que todo organismo funciona por electricidad natural. Por ejemplo, el corazón, el cerebro tienen “chispas eléctricas”. Asimismo, las chispas eléctricas del ambiente afectan el agua de nuestro cuerpo, es decir, afectan las emociones, pensamientos, estrés, ansiedad, tristeza, miedo, etc. Cada uno de estos sentimientos tiene unas frecuencias o vibraciones distintas que afectan a nuestra alma.
De hecho, se ha comprobado que el agua tiene la capacidad de recibir, almacenar y de transmitir información, por ejemplo, cuando se congela una gota de agua y se fotografía con un microscopio nos da mucha información sobre su estructura. Por eso, es interesante preguntarnos; ¿qué información está almacenando el agua de nuestro cuerpo?


¿De qué manera podemos estructurar el agua en nuestro organismo?
Lamentablemente, muchas veces permitimos que “otros” programen el agua de nuestro cuerpo, por ejemplo, cuando ponen la televisión con noticias negativas, o cuando estamos rodeados de móviles o aparatos eléctricos. Sin embargo, también podemos nosotros mismos programar el agua de nuestro cuerpo, por ejemplo, teniendo pensamientos positivos o realizando un ejercicio que nos transmita paz y tranquilidad que finalmente se convertirán en frecuencias positivas.
Así que, no solamente debemos cuidar lo que introducimos en nuestro cuerpo cada día a través de la alimentación o del agua, sino que también, debemos cuidar la información que entra a través de nuestros sentidos (con lo que vemos, oímos, tocamos, etc.).
Es por ello, que en nuestra Escuela de Bienestar estamos aprendiendo la manera en cómo nuestros pensamientos tienen cierto poder para sanarnos o enfermarnos en el caso no sepamos gestionarlos. Esto es una tarea personal, los muchos factores de nuestra salud tienen que ver con las moléculas del agua que están en nuestro cuerpo (somos 75% agua) por eso es importante que estas moléculas estén bien estructuradas y en armonía.
¿Cómo nos beneficia?
Tenemos unos seis mil millones de células en nuestro cuerpo que cuando están sanas, éstas vibran en armonía como si fuera un concierto, ya que cada molécula tiene su propia vibración que hace que todo marche bien. Sin embargo, cuando pasa todo lo contrario y hay rupturas de esa armonía, estás moléculas (partículas subatómicas) se empiezan a alterar y trae consigo, problemas de salud, tanto físicas como emocionales.
Por ello, una de nuestras metas en nuestra Escuela de Bienestar es lograr que nuestras moléculas se mantengan en armonía y vibren de manera positiva en nuestra vida. Tratamos en lo posible no entrar en negatividad para que el agua de nuestro cuerpo no se vea afectada. Mas bien, tratamos de sacar y mantener nuestra mejor versión.
Por eso es importante tener claro que el agua de nuestro organismo se puede ver afectada si no la cuidamos. Así que, si quieres saber más del tema, y de qué otras maneras puedes cuidar el agua de tu cuerpo, no dudes en contactar ahora mismo con nosotros.
