Podemos estar de acuerdo en que para la mayoría de personas, regresar a sus habitaciones a dormir después de un día ajetreado, es de lo mejor. Incluso, algunos preferimos asegurar nuestras horas de sueño que salir a divertirnos o ver la televisión. En realidad, cuando dormimos, recargamos energía, nuestro cuerpo puede descansar y recuperarse para estar en actividad al día siguiente.
Sin embargo, muchas personas no pueden conciliar el sueño de inmediato, o tienen dificultades para dormir. Los pensamientos pueden llenar la cabeza y no dejarte entrar en el mundo de los sueños. Quizá una preocupación fuerte o una mala experiencia durante el día nos haya dejado pensando y se roba nuestro sueño.