Así que, si una persona quiere estar bien, tiene que cuidar de qué manera está desarrollando esas neuronas, las células maduras del hipocampo, y eso varía de acuerdo al estímulo que recibe. Se pueden transformar en unas neuronas preparadas y listas para facilitar la adaptación del individuo a las exigencias del mundo exterior.
Debido a todo esto, podemos concluir que los sonidos o determinados ruidos crean estrés al sistema, y al crear estrés hacen que el cuerpo reaccione como suele reaccionar ante cualquier tipo de estrés, aumenta los niveles de glucosa en la sangre, aumenta el cortisol, la presión arterial, reduce el proceso de aprendizaje en los niños, produce ansiedad y depresión y puede alterar nuestro patrón del sueño.