Por otro lado, tenemos un grupo de personas que se encuentran en el punto medio, es decir, que ni son “búhos”, ni “alondras” pero, que se han adaptado y llegan a cumplir su ciclo circadiano.
Tenemos que saber que el descanso no es un capricho del cuerpo, sino una necesidad. Por lo tanto, si hacemos todo lo posible por tener un sueño reparador, donde implica muchos aspectos que en nuestra Escuela de Bienestar hemos mencionado en anteriores artículos, lograrás notar el poder del descanso.
Recuerda que, si tenemos alteraciones en nuestro ritmo circadiano, ello puede afectar hasta el punto de tener reacciones a corto plazo, como insomnio, fatiga, descoordinación, malestar, etc.