Cuerpo Feliz, ¿De qué manera influye el cuerpo en el cerebro?
Cultivar un “cuerpo feliz” va más allá de la estética física, abarcando aspectos fundamentales como la nutrición adecuada, el ejercicio regular y la salud emocional. Descubre cómo pequeños cambios en tu estilo de vida pueden tener un impacto positivo significativo en tu bienestar general, promoviendo una relación equilibrada y armoniosa con tu cuerpo.
En esta sección veremos de qué manera la neurociencia ha ido redescubriendo cómo el cuerpo interacciona constantemente con nuestro cerebro (mente).
Recuerda que debemos cuidar lo que tenemos en nuestro corazón porque ello depende de la información que enviemos a nuestro cerebro.
Interacción cerebro-postura
Muchas de nuestras posturas se relacionan con nuestro estado emocional, ya sea en cómo nos sentimos y en lo que estamos pensando. Por ejemplo, cuando la persona se siente triste, suele agachar su cara y encorvarse. De hecho, cuando se tiene una postura inclinada influye en la persona de manera negativa, presta menos atención a las cosas porque el cerebro le indica que no se siente bien, hay que tener en cuenta que nuestra mente suele registrar de forma vertiginosa los sucesos negativos que positivo.
Sin embargo, cuando tenemos una posición de superioridad aumenta el cortisol y la testosterona. Como vemos, la postura corporal es capaz de dar ese mensaje al cerebro, éste lo interpreta y como tal responde ante ello.
Sonrisa
Por otro lado, la sonrisa beneficia al sistema nervioso cardiovascular, inmune y endocrino. Solo por el hecho de sonreír, independientemente de que haya un motivo o no, sonreír es una buena opción que nuestro cerebro interpreta que las cosas no son tan duras como nosotros pensamos. Sonreír y tener una buena postura, pacifica nuestro estado emocional.
Por lo tanto, lo que aprendemos de estos enfoques de la neurociencia es que la interacción de la postura con nuestro cerebro tiene mucha relación. Para ello, es importante que a lo largo de nuestro día a día aprendamos a ser conscientes qué posturas utilizamos, ese es el reflejo que nuestro cerebro va a interpretar. Pero no solo eso, sino que cuando vamos por la calle, nuestro entorno también lo notará. Por eso, ten una buena postura y maneja bien tus emociones, recuerda que cuando sonríes tus gestos cambian.
Interacción cerebro-intestino
Nuestro intestino se comunica constantemente con el cerebro. En el colon tenemos hasta dos kilos de bichitos o minúsculos que componen el microbiota. Esos bichitos actúan sobre nuestro sistema nervioso, sistema endocrino e inmune que tienen mucha relevancia en cómo responde nuestro cuerpo ante diferentes ataques.
Para ello, es importante cuidar nuestros hábitos alimenticios y tener buenos hábitos de ejercicios físicos no solo por nuestra salud física, sino que ello también influirá en nuestra mente.
Interacción cerebro-respiración
La respiración es como la llave que moldea nuestros estados mentales. No solo para los procesos de oxigenación y la repercusión en el proceso cardiovascular, sino que la forma que tengamos de respirar influye sobre nuestra atención, la memoria y sobre la respuesta que tenemos ante las emociones.
E ahí la importancia de que aprendamos a respirar más por la nariz que por la boca. Aunque esto tiene muchas ventajas a nivel físico, también lo es para la parte cerebral. Por ejemplo, cuando nos sentimos abrumados por el día a día, muchas veces con solo respirar profundamente nos sentimos aliviados y nos ayuda a calmar nuestro cerebro y nuestro interior.
Interacción cerebro-corazón
Percibimos el mundo exterior cuando nuestro corazón y el cerebro se sincronizan. Cuando nuestro cerebro no responde a nuestros latidos del corazón, perdemos el contacto con el exterior (parpadeo atencional). Es como si el corazón fuese como una puerta a la percepción.
De hecho, cuanto más se comunica nuestro corazón con nuestro cerebro más pensamos en nosotros mismos, es decir, cuando nuestro cerebro responde a los latidos de nuestro corazón, nuestro corazón le muestra todo aquello que llevamos dentro.