La fuerza del hábito para una salud equilibrada

Es muy fácil adquirir un mal hábito, como, por ejemplo, el de no alimentarnos bien. Si se repite constantemente la costumbre o algún comportamiento, esto lleva a que se adquiera un mal hábito sin darnos cuenta.

Sin embargo, para quitar ese mal hábito, requiere de mucho esfuerzo, ya que, cuando el hábito se ha instaurado, se graba en una parte de la mente que luego se queda como algo inconsciente para la persona.

De modo, que ese impulso hace que la persona actúe de la misma manera siempre, sin que ella se dé cuenta. En algunos casos, hay personas que creen que pueden cambiar sus malos hábitos cuando quieran, pero con el tiempo se dan cuenta de que no es fácil.

¿Por qué no es fácil cambiar un mal hábito?

Porque los planos de nuestros hábitos están en nuestra mente inconsciente, y esos planos se han diseñado por mucho tiempo. Algunos de ellos se diseñaron desde la concepción, durante todo el embarazo, parto, los 7 primeros años y durante el proceso de crecimiento que vamos repitiendo una y otra vez. De modo, que la mente inconsciente, al ser como una grabadora, graba eso hábitos y se quedan como un plano que determinan en nuestras futuras acciones.

De tal forma, que cuando vamos viviendo la vida, de las 35.000 decisiones que tomamos al día, se calcula que el 45% son inconscientes, es decir, las hacemos sin darnos cuenta. Cuando esto sucede, se refuerza más estos hábitos, e incluso, llega un momento en que la persona se hace esclavo de esos hábitos, que para llegar a cambiarlo requiere de mucho trabajo.

¿Cómo lograr el cambio?

Con nuestra técnica, ayudamos que la mente inconsciente y consciente armonicen o entren en coherencia. De manera que, cuando las dos mentes manejen la misma información, entran en resonancia o equilibrio. Por ejemplo, hará que lo que sientas y pienses sea lo mismo para que ese impulso te lleve a hacer lo que realmente quieres.

Además, la formación de nuestra técnica 4×4 te ayuda a que la mente consciente coincida con la mente inconsciente. Ya que como sabemos, el cerebro trabaja en alfa, esa atención concentrada, al estar el cerebro en alfa, hace que las dos mentes se pongan de acuerdo.

La mente consciente que es la que ve a realidad y lo que la persona quiere, se transfiere a la mente subconsciente, de modo que la mente subconsciente desactiva las conexiones neuronales que tenía establecido por años y crea nuevas conexiones neuronales.

Efectos de tener buenos y malos hábitos

Los hábitos tienen que ver con conexiones neuronales, cuando tenemos un hábito es porque nuestra mente ha creado unas determinadas conexiones neuronales. Y cuando se ejecutan en esa acción, rápidamente las neuronas que están conectadas liberan una sustancia que hacen que te sientas de una determinada manera.

De hecho, muchos malos hábitos cuando uno las ejecuta se perciben como una sensación agradable o placentera, pero ese momento es muy fugaz o momentáneo. Por eso, es que la persona necesita repetir el hábito para tener esa sensación placentera. Sin embargo, cuando uno trabaja en hacer lo que realmente queremos y tenemos buenos hábitos (pensamos y sentimos) la sensación cambia y es más duradera, ya que, nos sentimos satisfechos y sin remordimientos de haber hecho una buena acción o un buen hábito.

Resultados asombrosos

Cuando las dos mentes trabajan operativamente juntas, dan resultados impresionantes que ninguna mente por separado puede conseguir. De hecho, los resultados que obtienen las personas son tan impresionantes que incluso médicos no lo pueden creer debido a los cambios notales en su vida. Por ello, si entiendes que tu realidad es dependiendo de las decisiones que tomas, y aprendes a cambiar tus pensamientos que son la raíz de todo, verás grandes resultados en tu vida y en tu entorno.

Como la persona ha decidido activar los mejores patrones que tiene (amor, sabiduría, justicia y el poder), trabaja esos patrones con el objetivo de activar esas cualidades. Los resultados serán sensaciones de bienestar. Además, se da cuenta que los nuevos hábitos que está adquiriendo tiene mayor liberación y más sostenido el tiempo de dopamina que hace que su felicidad sea mayor.