La función de la insulina para una salud equilibrada
La insulina es una hormona que la produce el páncreas. Podemos decir que esta hormona es como una llave que abre que una cerradura (células musculares, células del hígado, células de la sangre) cuando esa llave entra en la célula, abre la puerta y entra el azúcar en la célula. Al entrar a la mitocondria es cuando se produce la energía en nuestro organismo. Es por ello, que un cuerpo sin energía no va a poder sobrevivir. La capacidad de moverse depende de la cantidad de energía que produzcamos y lo que hace esto es la insulina. Por lo tanto, lo que hace la insulina es abrir la célula para que entre el azúcar en ella.
El papel de la insulina
Su papel es permitir que la glucosa o el azúcar entre en la célula y así pueda producir energía. Cuando los niveles de azúcar aumentan en la sangre, el páncreas produce mucha insulina. Si esto se da una manera constante, con los años el páncreas se va a quemar y va a dejar de producir suficiente insulina.
Por ende, esos receptores o llaves por donde entra la insulina para que se abra la puerta, esas llaves como que están muy abiertas o nuevas cuando uno es joven y así la insulina entra con facilidad. Pero, cuando van pasando el tiempo y los años llega un momento que la llave empieza a atascarse en la cerradura. Y es porque el páncreas como ha trabajado mucho para producir azúcar, con el tiempo va minimizando y las cerraduras se van cerrando. Es ahí cuando se necesita mucha más insulina que lo que se producía antes.
Consecuencias
Una vez que esta cerradura se va cerrando, una de las consecuencias es la resistencia a la insulina. Ya que se va a necesitar mucha más cantidad de insulina para meter el mismo nivel de azúcar que se metía las células antes. Por lo tanto, el páncreas se someterá a mucho estrés.
Asimismo, el exceso del nivel de azúcar en la sangre va a crear muchos problemas. Uno de ellos, es que le va a decir a la grasa que no mueva ningún gramo porque va a inhibir una enzima que es la que quema la grasa que se llama lipasa. Lipasa es la que se encarga de digerir o quemar la grasa.
Por lo tanto, el exceso de azúcar que no puede entrar en la célula lo transforma en grasa y esa grasa se llama triglicéridos. Esos triglicéridos se van a depositar en el tejido graso y van a aumentar la grasa y se va a depositar en el hígado, causando hígado graso. Además, se va a depositar en el abdomen.
Esa resistencia de insulina va a ser que la persona tenga dificultad en sus células al no tener la energía que necesita, que es cuando la persona ya tiene la diabetes tipo 2.
Por otro lado, también se va a depositar en el interior de las arterias, pues esa grasa se va a convertir en colesterol, y ese colesterol se va a ir depositando en el interior de las arterias. Sobre todo, cuando las arterias están inflamadas. Resulta que el exceso de insulina en la sangre actúa como proinflamatorio y produce inflamación; esto hace que produzca unas sustancias que se llaman citoquinas, las cuales producen inflamación y dolor. Además, el exceso de insulina hace que las células se produzcan rápidamente, estimulando el crecimiento de tumores, tanto benignos como malignos.
¿Por qué se forman los triglicéridos?
Es un mecanismo que nuestro cuerpo tiene de acumular toxinas, porque las toxinas que están en la sangre para que no causen problemas, se van y se depositan en la grasa. Pero cuando esas toxinas se van acumulando en la grasa, la célula grasa aumenta de tal manera que estalla. Por lo tanto, esas toxinas vuelven otra vez a producir células grasas y eliminar esas toxinas, de manera que se vuelve un círculo vicioso y la célula grasa va aumentando.
Además, otra cosa que sucede, es que cuando hay mucha grasa hay un centro en el cerebro (hipotálamo) hace que libere unas sustancias de lectina, esas sustancias le dicen al cuerpo que no forme más grasa. Pero como hay un estímulo que le dice que no hay insulina, esa lectina va produciendo y va al páncreas para limitar la insulina debido a que hay mucha grasa.